Rev. Elaine Gehrmann y WA Bjorn Nilson
Hay algo en la belleza de la naturaleza que nos llama, y cuando muchos de nosotros respondemos a ese llamado, podemos terminar dañando la misma belleza que buscamos apreciar. ¿Cómo podríamos expandir nuestro aprecio para acomodar de manera más sostenible nuestro deseo de maravillas naturales y alimentar nuestro espíritu?